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Chevalier II

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Imagen sacada del juego Persona3.

El Barón Boisseau recorrió el estrecho callejón a galope, girando una y otra vez sobre sí mismo. Miraba en cada esquina, en cada hueco, pero no
había rastro del hombre que cargaba con el cuerpo de Marie. Frenó el caballo al llegar al final de la callejuela y llamó a su escudero.

-¿Le has encontrado? -dijo con sequedad-.

Claude negó con la cabeza y bajó la mirada esperando la ira de su señor.

-¡Maldita sea! ¡Hay que encontrarle cuánto antes! 

-Sí señor... -balbuceó-.

Boisseau se apeó de su corcel y se acercó hacia la última casa. Ese camino llegaba hasta bosque. Miró en aquella dirección y golpeó el suelo con su espada.

-Maldita sea -renegó de nuevo-. 

Se giró hacia su sirviente.

-Claude, he de regresar a casa. Sigue buscándoles. Y pobre de ti que no los encuentres...

Claude golpeó con fuerza el lomo del caballo con sus espuelas, y, con un relincho corrió a galope hacia el interior del bosque que rodeaba la aldea, apretando las riendas con temblor en las manos. Boisseau no tenía, precisamente, fama de ser un buen Señor. Al contrario, eran pocos los sirvientes que habían sobrevivido a sus ataques de ira. Y Claude sabía muy bien que uno de aquellos horribles arrebatos, estaba a punto de desencadenarse. Volvió a golpear al animal, y se perdió entre los árboles.

Boisseau cabalgó hasta las caballerizas. Ató al corcel, y entró veloz hacia el interior del patio de su hacienda. Pasó cerca de las ruinas que quedaban del establo, de las cuales seguía saliendo un humo negruzco que enrarecía el aire, y, sin mirar siquiera, golpeó con insistencia la puerta principal de la casa. Una anciana abrió la puerta. 

-Buenas noches, mi Señor. 

La anciana y Claude eran los únicos que habían permanecido junto a él desde que comenzaron los arrebatos de ira. 

Boisseau empujó la puerta con fuerza, y se encaminó con decisión hacia la escalera de caracol que había a su derecha. El palacio estaba en penumbras. Subió los tres tramos de escalera y se acercó a la puerta de madera de roble, decorada con bordes de oro. Rebuscó en su cota de maya y sacó una extraña llave de forma ovalada. La metió en la cerradura y un chasquido resonó por el pasillo. La puerta cedió. De su interior, el reflejo de una luz anaranjada se reflejó en el negro de su yelmo.

-Dónde está... -dijo sacándoselo y dejándolo sobre la mesa que había debajo de la ventana-.

La habitación era pequeña, iluminada por un candelabro que había sobre la mesita de noche que había junto a una cama austera. Boisseau rebuscó por los cajones del escritorio una y otra vez. Revolvía los papeles nervioso. 

-Dónde está... -repitió cada vez más angustiado-.

Volvió a mirar en cada uno de los cajones. Nada. Estiró de la colcha y miró entre el colchón y el somier. Nada. Se detuvo pensativo, observando la estancia, y se dejó caer sobre la cama apoyando su cabeza en las manos.

-Maldita sea...

Desvió su mirada hacia la cama y pasó su mano acariciando la almohada con suavidad. Ahí había estado ella. Se tumbó y, acercándose el cojín a la cara, olió el perfume que aún le impregnaba. Fue entonces cuando lo vio. Del escritorio pendía una cuerda roja con un pompón, que salía de detrás del escritorio. Se levantó azorado y empujó el escritorio. ¡Clonck! Sonó al caer algo por detrás. Se agachó a mirar.

-¡Por fin!

Estiró el brazo y cogió un cuaderno de tapas negras. Deshizo el nudo de cuerda roja que lo cerraba y empezó a hojearlo. AL llegar a una de las páginas, paró en seco y comenzó a leer.
De los ángeles vendrá. Envuelta en belleza, carisma y lujuria, tratará de hacerse con las almas valerosas de los cristianos que, con fe ciega, han dado su vida por nuestro Señor. 
-Aquí... -murmuró-.

Para acabar con semejante monstruo despiadado y cruel, y evitar así caer en las garras del diablo, se debe colgar a la bestia con una cuerda, bañada con la luz de Luna, rodeando su cuello. De sus brazos, se derramará el líquido caliente que recorre sus venas. Y el dolor que refleje su mirada ha de quedar petrificado, clavado en las llamas que poco a poco devoren su cuerpo. 

-Lo sé, lo sé... -dijo nervioso pasando la hoja-. ¡Eso ya lo he hecho!
Si eres el Chevalier, aquel capaz de realizar semejante hazaña, serás recompensado en los cielos por nuestro glorioso Padre. Pero si en tu tenaz intento fallas, has de saber que el coraje de poco te servirá cuando el monstruo despierte, pues es el diablo el que ha limado su alma. Y con el diablo serás enviado.
Boisseau palideció de golpe. Él había hecho todo lo que allí decía. Había seguido, con sumo detalle, los pasos que indicaba para exterminar a la bestia. Pero ese entrometido de Pierre se había llevado el cuerpo antes de que las llamas lo devoraran. ¿Qué debía hacer ahora? Giró la página de nuevo, y vio el dibujo de una daga con la empuñadura en forma de gárgola. Bajo el dibujo, se podía leer.
       La Daga del Arcángel Gabriel. 

Recordó haber visto aquella daga. ¡Estaba en la colección de armas del Conde de Goncourt!

Obra registrada en SafeCreative a nombre de Carmen de Loma. 

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Comentarios

  1. ...Se tumbó y, acercándose el cojín a la cara, olió el perfume que aún le impregnaba. De nuevo atrapas al lector Carmen. saludos!!

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  2. La historia es intrigante. Hay más de lo que parecía en un principio.

    "Si eres el Chevalier, aquel capaz de realizar semejante hazaña, serás recompensado en los cielos por nuestro glorioso Padre. Pero si en tu tenaz intento fallas, has de saber que el coraje de poco te servirá cuando el monstruo despierte, pues es el diablo el que ha limado su alma. Y con el diablo serás enviado."

    La cosa es más seria de lo era. Je, je, je. Buen capítulo. ¡Saludos!

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    1. Muchas gracias por tus palabras :)
      La verdad es que ha sido divertido ver hacia donde me llevaban los personajes, jejeje
      ¡Un saludo!

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  3. Hola Carmen. Esta historia parece que tiene más misterio y fantasía de lo que en un principio parecía. Además, vas atrapando a lector poquito a poco con relatos cada vez más atractivos e interesantes. Muy lograda.
    Saludos.

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    1. ¡Muchas gracias Jose! Uuuh, si tú supieras... XD
      ¡Un saludo! :)

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