La llamada. Capítulo 3.
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Alyssa corría y corría por un
pasadizo completamente oscuro que no parecía tener final, sin
embargo allí estaba ella; Lucy, con una mano en la espalda y otra
diciéndole que fuera, que se acercara, pero por más que Alyssa
corriera no conseguía llegar. El constante pitido emitido en su
cabeza era tal que aún le dificultaba más correr. Movió su mano
con lentitud con intención de llegar hasta su amiga y colaboradora
pero no la alcanzaba
Con un sobresalto se incorporó de la
cama quedando semi sentada, en su mano un despertador que emitía el
mismo sonido que en el sueño, en su cara se reflejaba el pánico
sentido.
“era tan real”. Pensó mientras
apartaba los mechones rebeldes de pelo de su rostro. Tomo aire y se
centró en su habitación, se percató de que había dormido con la
misma ropa del día anterior, “por favor sí que fue fuerte el
somnífero”
Aunque le había sonado el despertador
Alyssa sabía que iba con el tiempo justo. Se levantó aún con la
congoja en el pecho producto de la pesadilla, una sensación de miedo
aún le recorría y le hacía estar algo torpe mientras avanzaba
hacia el lavabo. Una vez allí se miró cara a cara al espejo, se
aseó como cada mañana y mientras marcaba levemente la raya de los
ojos, repasó mentalmente la agenda para ese día. Una reunión
importante a las doce del mediodía, con lo cual sabía perfectamente
que iría a comer tarde así que decidió ir a almorzar a la
cafetería de ron. Un pequeño lugar que se encontraba entre su
trabajo y su apartamento.
Una vez lista y siendo fiel a su estilo
de vestir, salió a la calle en dirección a su destino, cogió un
taxi el cual conducía un extravagante hombre hindú que no paraba de
hablar. Alyssa se sumergió en sus pensamientos que no eran pocos.
"¿Porque diablos el comité
decidió suspender el estudio de aquellos manuscritos con símbolos
nunca vistos? Si al menos hubiese podido tomar una muestra de aquella
mancha de tinta que había en una esquina, ahora tendría un punto de
partida más concreto. Por otro lado... la llamada misteriosa de ayer
que me cita esta tarde me tiene muy intranquila. No sé a quién
veré, no sé exactamente lo que quiere y no saberlo me sobrepasa,
siento que no tengo el control"
-señorita... Señorita, hemos llegado.
He decidió tirar por la cuarta porque parecía que el tráfico era
escaso a estas horas.
Las palabras del taxista arrancaron a
Alyssa de sus pensamientos. Miro el taxímetro y pagó la carrera.
—quédate con el cambio
—ah!! Gracias
Una vez fuera en la calle avanzo con
paso ligero entre la gente, cuando llevaba ya un trozo recorrido, una
extraña sensación la envolvió, echo la vista atrás y de entre
todos ellos se fijó en un hombre trajeado. Se había Parado en una
máquina expendedora de diarios justo en ese mismo momento, no le dio
importancia así que siguió avanzando y justo en el momento en que
entraba a la cafetería de ron, sonó su móvil el cual atendió.
—... ¿sí?
—Alyssa... Soy Megan
Megan era la secretaria del
departamento de datación e investigación donde trabajaba Alyssa.
Una joven con ganas de trabajar y a la que le gustaba su trabajo,
hacía mucho que había empezado como secretaria del departamento,
hacia bien su trabajo y se hacía querer
—buenos días Megan. Dime
—veras la reunión se ha adelantado
un poquito
— ¿Cuánto es un poquito?
—…digamos que… es en una hora
— ¿En una hora?— dijo con
incredulidad. —pero nadie me ha avisado
—ya sabes cómo van las cosas aquí…
siempre son un caos
—está bien... estoy haciendo un
café, termino y voy para allí. Dile a William que llegare justa a
la reunión.
—está bien yo le comento a William,
por cierto— hizo una pausa. —William me comentó que te llamaría
ayer, ¿lo hizo?
Alyssa recordó la llamada y fue como
si volviera a escuchar la conversación por completo. Titubeo un poco
al responder
—eh… no, no me llamó
—qué raro… ayer se reunió a
última hora con unos hombres trajeados que nunca había visto, me
pido que si tenía alguna información sobre el estudio del
pergamino que llevas. Le comente que no tenía acceso y que solo tú
podías acceder a ello.
—Es muy raro que te preguntara eso,
él sabe que solo yo tengo acceso
—Seguro que quiere meter las narices
en tu trabajo como siempre— rio con simpatía. — está bien,
hasta pronto.
Una sonrisa apareció en el rostro de
Alyssa. La verdad es que hacía tiempo que William quería el puesto
de Alyssa pero ella no lo tenía por un enemigo en el trabajo.
William también era bueno en su campo
—nos vemos ahora Megan. Chao
Justo cuando colgó, Alyssa pidió un
café largo y fue a asentarse donde lo hacía habitualmente dándose
cuenta de que el hombre que había comprado el diario en la calle
entraba en el mismo establecimiento que ella. Por un momento no le
dio importancia y disfrutó de su café mientras repasaba los mails
de su teléfono dando con un mensaje de hace unos días. Era de su
amiga y colaboradora Lucy que se encontraba en Toledo investigando
unos hallazgos. En él ponía que había encontrado unas pistas
relacionadas, o eso creía con lo que tenían en el laboratorio de
New York. No se extendía mucho más el mensaje tan sólo lo básico
En uno de los sorbos que dio al café,
pudo ver como el hombre que había comprado el diario estaba en la
barra, su mirada se clavaba en ella, volvió la mirada al móvil pero
seguía sintiendo la sensación de estar siendo observada. Busco un
par de dólares para dejarlos sobre la mesa con la intención de
salir de allí pues se sentía incomoda. Cuando se levantó se
encontró de frente con el hombre que había avanzado hasta su mesa y
al parecer la estaba siguiendo. No estaba muy entrado en años,
recién cumplida la cuarentena bien vestido y con expresión seria
hizo sonar su voz.
—señorita Jules
El corazón le dio un vuelco, la voz
era exactamente como la de la conversación de la noche anterior.
—…esto… eh ¿sí?— Respondió
ella algo nerviosa
—me he visto obligado a adelantar
nuestra reunión de esta tarde por motivos de seguridad
— ¿de seguridad?
—siéntese, por favor—Hizo un
ademan con la mano indicando que se sentara. —sí, de su seguridad.
En aquel instante Alyssa se encontraba
despistada era una situación de lo más surrealista.
—usted me llamo ayer por la noche,
tiene exactamente la misma voz
—Si fui yo— se sentó frente a
ella. —vera, el motivo de la llamada y de que la haya seguido hasta
aquí presentándome de esta manera es… que usted está en
peligro.
— ¿Cómo que estoy en peligro?...
¿Qué clase de peligro?
—por el momento de secuestro, más
adelante quizás de muerte
Los ojos de la joven se desorbitaron,
no daba crédito a lo que le estaba diciendo aquel hombre, peligro de
muerte… ¿pero por qué?
—vera… creemos que lo que está
estudiando es muy, muy importante. Tan importante que hay
organizaciones que lo han buscado durante siglos.
—espere, espere… un momento, ha
dicho ¿creemos?— entono con cautela. — ¿Quiénes creen?
—todo a su debido tiempo señorita
Jules. Obtendrá sus respuestas. Ahora hágame caso y contacte con su
colaboradora. Pero tenga cuidado pues ahora no se puede fiar de
nadie.
—pero no puedo asimilar una
información así y creer todo lo que me está diciendo.
—es obvio que no… por el momento no
le estoy pidiendo más que tenga cuidado y que no se fie de nadie,
que vigile pues lo más seguro es que usted y su colaboradora ya
estén vigiladas— hizo una tensa pausa. —ya tiene mi numero por
si decide creerme. Por el momento eso es todo.
Se levantó… asentó ligeramente con
la cabeza y tal y como llego se marchó. Alyssa quedo pensativa con
la mirada perdida. Era mucha información que procesar, sobre todo
la del extraño que en principio parecía querer ayudarla.
Salió del café y llamo a Lucy. La
llamada desde el móvil saldría cara pero necesitaba hacerla,
necesitaba confirmar datos de lo sucedido y sobretodo necesitaba
saber de su amiga. El teléfono no dio señal alguna. Volvió a
probarlo un par de veces más y obtuvo el mismo resultado, en cada
llamada que hizo dejo un mensaje de voz con la idea de que cuando
Lucy lo escuchase le devolviera la llamada.
Se dirigió hacia su lugar de trabajo
con la cabeza completamente alborotada de pensamientos.
Obra registrada a nombre de J.C. Amante (El Creador de Leyendas).
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¡Parece que van a matar a Alyssa! Ahora sí que está metida en un embrollo que no se involucró voluntariamente, por ahora... Un capítulo intrigante y muy bueno.
ResponderEliminarSaludos y comparto.
¡Gracias por tu comment!
Eliminar¡Ah! ¡Y por compartir también! ^^
Saludos
Muy misterioso este capitulo. Veremos que sorpresas nos espera en los siguientes. :)) Muy buena historia.
ResponderEliminarSaludos y esperando.
¡Gracias Marien! Sí, tiene bastante intriga, ¿verdad?
EliminarUn abrazo!!
Me ha descolocado un poco el capítulo. Creo que no sigue por donde quedó el último. Y me ha desubicado un poco.
ResponderEliminarTendré que leer más para coger las riendas de esta historia.
Saludos.
Es una historia que sucede a dos bandas y que terminan por converger en un punto. Ya lo entenderás cuando continúes con la historia, jejeje
EliminarSaludos ^^
Quiero suponer que Lucy ya esta muerta y por eso no responde el cel a Alyssa. Pero aun no me cuadra como es que Alyssa la mandó a la Ermita donde la mataron, o ¿El qué la mató fue quién le hizo la llamada?, estoy un poco confundida, como dijiste, creo que capitulo a capitulo crecerá la intriga
ResponderEliminar;-).
Nos leemos en el siguiente capítulo ¡Saludos!
¡Hola Sofia!
EliminarPues sí, la pobre Lucy es la joven que apareció muerta en la ermita... Y Alyssa aún lo desconoce. Lo pasará mal cuando lo sepa...
¡¡Gracias por leer la historia!! :D ¡Saludos!