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La Llamada. Capítulo 4.



San Martín de Montalbán. Provincia de Toledo.

Gómez apenas pudo pegar ojo. El sol del medio día entraba por las rendijas de la persiana de su alcoba. Miró el despertador. Las 13:17h. Pasó las manos por el rostro intentando despejarse y se incorporó, dejando caer las piernas a un lado de la cama. La casa estaba en silencio. Carla debía estar fuera. 

Se levantó y fue al cuarto de baño a lavarse la cara con agua fría. La imagen de la joven asesinada en la ermita le asaltó. Se apoyó en la pica y elevó la vista para mirarse en el espejo.

-Malditos burócratas... -murmuró recordando a los dos agentes de la Interpol-.

No sentía mucho aprecio por ese tipo de agencias. A él le quedaban lejos. Además, la mirada de aquel tipo más viejo no le gustó en absoluto. 

Secó las gotas de su rostro con la toalla y salió hacia la cocina en busca de un buen café. Acababa de dejar la cafetera en su sitio cuando oyó el cerrojo de la puerta. Cogió la taza y se sentó en la mesa que tenían cerca de la ventana. Inhaló el aroma del café y, cerrando los ojos, le dio un sorbo a la taza.

-¿Ya te has levantado? -dijo Carla entrando por la puerta con el abrigo puesto y cargada con un par de bolsas repletas de comida-.

-Buenos días. ¿Has ido a comprar? -dijo Luis levantándose y cogiéndola una de las bolsas para apoyarla en la encimera-.

-Sí.

-Podías haberte esperado. Te hubiera acompañado.

-Anoche llegaste agotado -dijo sacando un par de botes de salsa de tomate-. Y te he oído moverte bastante. Pensé que te vendría bien descansar.

Carla no quiso preguntarle por la chica asesinada. La pobre estaba en boca de todos, y al llegar al supermercado, no tardaron en preguntarle por detalles. Miró el rostro de su marido. Parecía agotado.

-Luis, sabes que puedes contarme lo que quieras, ¿verdad? 

Gómez la miró un instante y afirmó con la cabeza. Pero no quiso decir nada. 

Cuando terminó de vestirse, el olor de comida le mejoró el ánimo. Se dirigió hacia el salón y puso el canal de noticias. Al pasar cerca del mueble, vio la foto de Irene, su hija, sonriendo, abrazada a un enorme Piolín. Irene ya había cumplido los 19 años. 

-La echo de menos... -murmuró Carla al pasar por su lado-. Vamos. La comida está.

Ambos se sentaron a la mesa. Ninguno dijo nada. Gómez, sin poder borrar la imagen de Lucy de su cabeza, apenas probó bocado. En ese momento sonó el timbre. Luis siguió con la mirada a su mujer mientras ésta se dirigía hacia la puerta.

-¡Hombre, Mamen! ¡Qué sorpresa! -oyó que decía Carla-.

-¿Mamen? -murmuró-.

Las dos mujeres entraron en el salón.

-Buenas, Sargento -dijo Mamen al verle-. ¿Ha descansado bien?

-Qué pasa, Mamen. ¿Has comido? -dijo señalando la bandeja de comida que había en la mesa-.

-Sí, sí. No se preocupe por mí.

Mamen echó una mirada furtiva a Carla y sonrió. Carla, que estaba acostumbrada a ese tipo de señales cuando alguien quería que se fuera, dijo:

-Bueno, he de salir. He quedado con Ana. Luego hablamos, cari.

-¡Espera! ¡Pero si no has terminado de comer! -dijo luis-.

-Ya, es que se me ha hecho tarde -mintió-. Luego nos vemos. ¡Qué vaya bien la tarde, Mamen! 

Y desapareció tras la puerta. 

Cuando oyeron la puerta de la calle, Mamen se sentó frente a Luis.

-Sargento. Tengo información...

Gómez la miró con sorpresa.

-¿Información? ¿De qué?

-De la chica de ayer.

-No me jodas, Mamen -dijo levantándose y cogiendo el plato para llevarlo a la cocina-.

-¡Ya sé que esos de la Interpol nos han dejado fuera! -gritó para que Luis la escuchara-. ¡Pero, qué coño! ¡Apareció en nuestro pueblo!

Luis entró de nuevo en el salón con un brillo diferente en la mirada.

-Así me gusta, Sargento. Ésa es la mirada que quería ver.

Luis sonrió para sus adentros. Aunque Mamen hacía poco que trabaja para él, le conocía muy bien.

-¿Qué has descubierto? 

-A ver. Esa tal Lucy, según he podido averiguar, trabajaba en algo relacionado con los hallazgos descubiertos en el castillo.

-¿Y por qué narices fue a la ermita?

-El Padre Juan dice que recibió una llamada...

-Sí, sí, eso lo sé... -dijo pasando la mano por la cara intentando centrarse-. Necesito un café...

-Pues ya que está, me uno a usted si no le importa. No he podido pegar ojo en toda la mañana...

Luis regresó con dos tazas en la mano. 

-Vale -dijo sentándose de nuevo-. Continúa.

-Bien. Según los archivos, esa tal Lucy, aunque es de nacionalidad Inglesa, trabajaba para un laboratorio estadounidense.

-¿Trabajaba en América? 

-Sí. El visado de trabajo que me han dejado en la Universidad...

-Espera, espera -dijo señalándola con la cucharilla-. ¿Has ido a la Universidad?

-Claro, Sargento. Por eso he venido. Allí me han dicho que fue enviada por Alyssa Jules para colaborar con el departamento de arqueología. 

-¿Alyssa Jules? Me suena ese nombre...

-Es la que llamó a la chica antes de su muerte.

-Es cierto... Me la nombró el Padre Juan... 

Luis se recostó en la silla y levantó la vista al techo.

-Algo me huele mal... -murmuró-.

-Gómez, si quiere, le he conseguido una entrevista con su superior.

-¿Cómo? -exclamó-. 

-A las seis de esta tarde, en su despacho de la Universidad. 

-¿Cómo narices lo haces, Mamen? 

-Je, je, je... Ya sabe que cuando me pica la curiosidad...

-De acuerdo... -murmuró pensativo-.

Mamen le observó expectante.

-Haremos lo siguiente. Ve a la comisaría y dile a Laura que no me encuentro bien. Debes quedarte allí, no sea que le de a Sánchez por llamar. Si se entera de que hemos desobedecido una orden directa suya, nos veo con una patada en el culo y de patitas en la calle.

-No se preocupe. Yo me encargo.

-Yo iré a hablar con el Dr... ¿Cómo se llama?

-El Dr Thomson. También es americano.

-Joder con los americanos... 

Mamen dejó escapar una carcajada. 

-¿Aún les tiene ojeriza? 

-No quiero hablar de eso -dijo Luis zanjando la cuestión-.

Mamen se levantó y se dirigió hacia la puerta.

-¡Ah! ¡Se me olvidaba! -dijo volviéndose hacia él-. Mientras venía hacia aquí me he encontrado con Carlos. Dice que cuando nos fuimos de la ermita, los tipos aquellos estuvieron registrando la ermita y las pertenencias de la chica. 

-¿Y?

-No sé, dice que le resultó extraña la forma de hacerlo. “Muy poco profesional” según sus propias palabras -dijo abriendo la puerta de la calle-. Bueno Sargento. No llegue tarde a la entrevista.

Y sonrió con burla.

-Anda, vete antes de que te saque yo del caso... 

Luis cerró la puerta y se apoyó en la madera. Lo que acababa de decir Mamen le preocupó. Carlos nunca diría una cosa así de otro agente, a no ser que algo le resultara sospechoso.

-Aquí hay más de lo que parece... Maldita sea... Luis, ¿dónde narices te estás metiendo? -pensó-.

Miró el reloj de su muñeca. Si no se daba prisa, no llegaría a la Universidad a tiempo. Se dirigió a su habitación y cogió la chaqueta de la silla. Al acercarse a la mesita de noche a por la cartera y las llaves del coche, encontró las llaves de la Naked de Laura. 

-¡Joder, la moto! -exclamó cogiéndolas con la mano-.

Se detuvo a observarlas un instante. Les echó un vistazo a las del coche y, sin cogerlas, se dirigió hacia la puerta, a la vez que sacaba el móvil de su bolsillo.

-¿Sí? -dijo una voz femenina al otro lado del teléfono-.

-Carla, soy yo. Salgo un momento. Si alguien te pregunta por mí, le dices que no me encontraba bien y que he ido a ver al médico, ¿de acuerdo?

-Pero Luis, ¿a qué viene esto? -contestó preocupada-. Si te encuentras mal yo...

-No es eso, Carla. Cuando vuelva te juro que te contaré todo lo que está pasando.

Silencio.

-¿Carla?

-Te he oído -dijo apenas sin voz-. De acuerdo. Pero sea lo que sea lo que estás tramando, por favor, ten cuidado.

-No debes preocuparte mujer... 

-Tú, ten cuidado.

-Vale, vale. Luego hablamos.

Colgó y se guardó el teléfono en el bolsillo a la vez que salía a la calle.

La tarde era fría. Se abrochó la chaqueta y se acercó al parking. La Naked estaba aparcada junto a su coche. Se colocó el casco, arrancó la moto y salió hacia el exterior con el rugido del motor en sus oídos.


Obra registrada a nombre de Carmen de Loma en SafeCreative.

Para acceder al Capítulo 5, haz click aquí.



Comentarios

  1. Parece que comienza el camino para descubrir la verdad, esto se está poniendo cada vez mejor. ¡Saludos!

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  2. Se pone interesante. Os está saliendo una buena historia os complementaís muy bien los dos.Veremos que decia la llamada para tener que irse tan deprisa.
    :)

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  3. Me han encantado los diálogos y cómo poco a poco se va desarrolando la intriga. Estupendo. Con muchas ganas de seguir leyendo futuras entregas.

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  4. Me esta gustando esta historia. Quiero invitarte a MundoLiterario. Sería un placer para mi y para los lectores. La página es: www.mundoliterario.net
    ¡Saludos!

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    Respuestas
    1. ¡Hola Magda!
      Claro que sería un honor participar en MundoLiterario, aunque esta historia, cómo ya sabes, está escrita a dos bandas... No sé cómo podría hacerlo...
      Bueno, sino, ya escribiré algo concreto para vosotros ;) Ya se me ocurrirá algo, jejeje
      ¡Un saludo y me alegro de que te guste la historia!

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  5. Hola Carmen! Podeis hacer un usuario para los dos autores. Por ejemplo, si fuesen Luis y pedro los que escribe sus relatos, crearian un perfil llamado LuisYPedro, y en la descripción del perfil de MundoLiterario ya podríais indicar que es un perfil compuesto por dos autores. Si tienes cualquier duda avisame. ¡Saludos!

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  6. Como preveí Gómez no se dará por vencido.
    Poco a poco se irán desvelando las piezas de este puzzle.

    Saludos.

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    1. Sí :) era obvio. Es uno de los protagonistas, si hubiera dado de lado el caso como le pidieron, qué gracia iba a tener?
      Saludos!! Y gracias por pasarte y comentar :D

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  7. La historia me recuerda un poco los libros de Dan Brown, me gusta como se van complementando las historias, ahora tengo que saber si Alyssa ya sabe que Lucy fue asesinada.

    Son cortos los capítulos así que creo terminaré pronto la historia.
    ¡Saludos!

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    1. Jejeje, me alegro que te guste como se van compaginando ambas historias. Y la verdad es que, ahora que lo dices, sí que tienen algo de Dan Brown, será porque es uno de mis escritores favoritos, jeje

      ¡Un abrazo!

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