La Llamada. Capítulo 9.

Capítulo escrito por J.C. Amante. Para acceder a la publicación de su blog, haz click aquí.

Antes de la llamada de Gómez a Alyssa...

Los pasos de la joven recorrían las calles de new York con rapidez envuelta por la sobrecogedora envergadura de los alto edificios, calle tras calle iba dejando atrás el laboratorio, a lo lejos podía escuchar las sirenas distantes de la policía excepto una que venía en su dirección, desvió la mirada al suelo temiendo que la reconocieran y detuvo sus pasos por un instante cuando el coche patrulla pasó a gran velocidad por su lado. Soltó una bocanada de aire y aliviada continuó al ver que no se detenía. Tras dos calles más hizo señales a un taxi que accedió a su llamada parándose a su lado. A ella le pareció una eternidad la frenada, estaba deseosa de subirse al vehículo, no para llegar más rápido a su destino si no, para no estar tan expuesta. Sentada en el asiento trasero el fuerte olor a frutas del bosque, producto del ambientador la hizo darse cuenta de que el conductor la observaba por el retrovisor. 

—A la octava con Grimway por favor. 

El conductor puso rumbo a la dirección sin preguntar nada más ni dar ningún tipo de conversación, el rostro de Alyssa se reflejaba en la ventanilla mientras veía pasar las fachadas, las señales de tráfico, los semáforos y demás atrezo de la ciudad, momentos en los que intentaba ordenar sus ideas y pensamientos, momentos en los que recordó que tenía que llamar a Megan para decirle que iba hacia su casa. Marcó la rellamada del número de la secretaria y espero varios tonos, cuando empezaba a ponerse nerviosa y a sentir el pánico de que esta no estuviera en su casa, la línea entre los dos móviles se abrió dejando paso a la voz de Megan.

— ¡Hey Alyssa! ¿Qué tal? ¿Qué ocurre? 

—Ho... hola Megan, me preguntaba si podía —sollozo un instante— si podía ir a verte.

—claro Alyssa sin problema, pero… ¿qué ocurre? —Preguntó con preocupación— ¿estás llorando?, ¿te ha pasado algo?

—Ahora te lo cuento Megan... Gracias.

—No hay de que ya sabes que para lo que necesites, te espero aquí.

La conversación cesó dejando a Alyssa sola en la parte de atrás del taxi, envuelta en los sonidos de la cuidad intentaba entender porque William había cambiado su forma de ser, porque había ido tan lejos para ahora perderlo todo. Pero por más vueltas que le daba no lo entendía, otra cosa que le preocupaba era quien era aquella gente para la que William trabajaba y que es lo que querían, entre pensamiento y pensamiento llegó a su destino. Pagó el recorrido del taxi con el importe exacto y se encaminó con paso cansado hacia la puerta de Megan donde un tímido bloque de pisos se mostraba ante ella, buscó el timbre de la secretaria y lo hizo sonar, poco tardó en escucharse la respuesta del sonido que le daba paso al interior del edificio, subió las escalera hasta llegar al rellano correspondiente y justo en ese mismo momento Megan abría la puerta de su piso. Sus miradas se encontraron y por un segundo no se dijeron nada hasta que Alyssa no pudo reprimir su llanto por más tiempo, en dos zancadas se plantó frente a Megan y se abrazó a ella sin consuelo. La secretaria hizo lo propio y la acompañó intentando que su abrazo fuera lo que le ayudará a calmar la pena de la doctora. 

—Lucy... Lucy ha muerto —sonó la voz de Alyssa sobre el hombro de Megan— la han asesinado.

Megan por un instante quedó consternada por la gravedad de la Noticia.

— ¿Cómo que ha muerto? —Preguntó Megan mientras seguían fundidas en un abrazo— quién te ha dado la noticia.

—Me he enterado esta noche —se separó lentamente— me he enterado en el laboratorio. 

—Pero no es una noticia como para enterarte en el laboratorio... Pasa y siéntate.

Megan hizo un ademán con la mano invitándola a entrar y Alyssa aceptó traspasando el umbral de la puerta entre sollozos. Sus dedos limpiaban las lágrimas de sus ojos que no tenían fin. Tomó asiento y su mirada se posó en la nada.

—Voy a hacerte un té para que te calmes y me lo cuentas.

Megan desapareció de la escena yendo a la cocina, tardó unos minutos en volver con el té preparado, le sirvió una taza a su compañera y se sentó a su lado.

—De veras Lucy... 

Alyssa apoyo su cabeza sobre el hombro de la anfitriona y esta la rodeo con su brazo.

—...Si.

—Lo siento mucho... ¿Pero cómo es posible? ¿Cómo te has enterado? 

—Esta tarde en el laboratorio... 

Alyssa explicó con todo tipo de señales lo que había pasado con William y el misterioso hombre en el laboratorio mientras bebía la bebida caliente y se calmaba. Remarcó las palabras del hombre trajeado, las palabras que hacían referencia al asesinato de Lucy como también hizo hincapié en lo de que necesitaban el manuscrito que ella estaba estudiando para formar el nuevo orden mundial.

—Entonces… ¿me estás diciendo que William ha hecho tratos con una organización misteriosa para formar un nuevo orden mundial?

—Dicho así parece de locos Megan —respondió Alyssa ya más calmada— pero puede ser cierto. Hace unos días recibí una llamada de un tipo que quería reunirse conmigo.

— ¿y te reuniste con él?

—Bueno la verdad es que sí. No de la manera que habíamos acordado pero sí. Me avisó de que llevara cuidado pues algo muy importante está en juego.

—Entonces viendo los hechos y el comportamiento de William... Es verdad lo que te decía, madre mía Alyssa.

Tras esas palabras se forjó un pequeño silencio ambas se miraban y Alyssa tomaba plena consciencia de que todo era cierto. De pronto sonó el móvil y las dos jóvenes dieron un respingo, la doctora no conocía el número y observó el teléfono durante un par de tonos viéndolo vibrar en la mesa.

—Cógelo Alyssa —apremio Megan.

...Durante la llamada de Gómez a Alyssa...

La voz de un hombre sonó al otro lado. Autoritaria, segura y muy confiada expuso lo que sabía a la doctora pidiéndole verse con ella. La joven sintió la presión en el pecho y no pudo evitar sollozar, tras meditarlo unos segundos le dio la dirección.

—Me encuentro en la octava con Grimway. Edificio Malstrom piso cuatro, puerta tres. 

Se hizo un silencio y la llamada se cortó, la joven volvió a dejar el móvil sobre la mesa.

— ¿Quién era?

—un sargento de la policía de España, creo. Me ha comentado que tiene información para mí de parte del doctor Thomson que también ha muerto.

—Alyssa no crees que deberías dejar la investigación parece que está muriendo gente por ello, incluso Lucy.

—Por eso no puedo dejarlo Megan, se lo debo a ella por haber perdido la vida con esta investigación.

Alyssa bebió más té mientras repasaba mentalmente todos los hechos. No más de media hora pasó cundo sonó el timbre, Megan preguntó y abrió, no tardaron en asomar el sargento Gómez y su ayudante Mamen ambos con cara de querer solucionar el problema.

—Buenas noches, soy el sargento Gómez y ella es mi ayudante Mamen —dijo con un inglés forzado — ¿quién es la señorita Jules?

—Adelante pasen —respondió Megan invitándolos a entrar con la mano— encontraran a la doctora Jules en el comedor.

El sargento entro con paso decidido equivocó sus pasos en una ocasión por no conocer la casa pero al final dio con Jules, estaba sentada con la taza de té entre sus manos.

— ¿Doctora Jules?  —La miró fijamente— soy el sargento Gómez… he hablado con usted hace un momento.

Alyssa dejó la taza de té y se incorporó como si su cuerpo pesara tres veces más, se acercó al masculino y le tendió la mano.

—Así que es usted el que puede arrogar luz a los hechos que están ocurriendo —sus ojos se anegaron de nuevo pero se contuvo— ¿puede explicarme lo de Lucy?

Obra registrada a nombre de J.C. Amante.