Una noche inolvidable. (Juego de dados de MundoLiterario)
Aquí os dejo el relato que hice para el juego de dados de la web literaria, Mundo Literario, que sin duda os recomiendo visitar. Un saludo.
Aquella noche, Laura y
sus amigas fueron a pasar la noche a un bungalow del cámping que
quedaba a a las afueras del pueblo. Era la primera noche que pasaban
fuera y la espera hasta que llegó el día se hizo eterna. Laura miró
el reloj y, en ese momento, sonó el pitido del móvil. Miró y tenía
un whassap.
«¡¡Lauraaaaa!! ¡Qué
ya es la hora! (carita sonriente)».
Era de Mónica, su mejor
amiga. Llevaban días planeando aquella noche. Irían al cámping,
comprarían algo para beber, jugarían a los dados y luego, si
todo iba según lo previsto, vendrían los chicos a culminar la
fiesta.
La madre de Laura entró
en ese momento.
–Laura, ¿ya lo tienes
todo?
–Sí, no te preocupes
–dijo guardando el móvil en el bolso.
–A ver qué vais a
hacer, ¿eh?
–No te preocupes
tanto, mami, que sólo vamos a hacer una fiesta de pijamas, pero
fuera de casa.
Su madre la miró
intentando sonsacarla si había algo más, pero Laura sabía poner
esa cara inocente que era la perdición de su madre.
–Vale, cariño. Pero
prométeme que no haréis ninguna tontería. En esta época hay
muchos extranjeros, y no quiero que os den ningún susto...
–¡Mamá! ¡Qué tengo
17 años ya! Además, es una noche, no nos vamos para mil años.
–Lo sé, pero no me
gusta...
–Además, los 18 no se
cumplen todos los días –añadió sonriente, plantándole un beso
en la mejilla.
Miró el reloj y cogió
la mochila.
–Bueno, me voy, que
Mónica me espera.
–Vale, cualquier cosa
ya sabes, me avisas.
–Que sí... –dijo
con tono cansado.
Salió a la calle. La
mañana estaba soleada y el calor de aquel sol primaveral se
agradecía. Se encaminó hacia la casa de su amiga y, al llegar,
Mónica la esperaba en el portal.
–¡Moni! ¡Felicidades!
–gritó corriendo hacia ella y apretándola en un fuerte abrazo–.
¡Tía, qué ya tienes los 18!
Mónica rió nerviosa.
–¡Sí! ¡Mayor de
edad! –exclamó emocionada–. ¡Va a ser la mejor fiesta de
cumpleaños de la historia!
–¡SIIII! ¡Aún no me
creo que tus padres te hayan dejado alquilar el bungalow!
Entre nervios y risas,
se dirigieron hacia el cámping dónde las esperaban María, Montse y
Ana. Una vez todas reunidas, se acercaron a recepción y el chico,
que se puso colorado al ver a cinco chicas de su edad, les dio la
llave.
–Está al final de la
parcela –dijo bajando la mirada con vergüenza.
–¡Qué mono! –susurró
Laura agarrando el brazo de Ana.
–¡Sí! –contestó
dejando en su sitio la postal que había cogido para mirar.
El bungalow que les
dieron era de madera oscura y el sendero que subía hasta la puerta
estaba bordeado por flores de varios colores.
–¡Qué chulo!
–exclamó Mónica.
–¡Sí! ¡Vamos! ¡Me
pido la habitación de arriba! –gritó Laura corriendo hacia él.
El día fue pasando
entre risas. La pequeña cocina se convirtió en un caos a la hora de
comer. Y la sobremesa se alargó hasta que el sol comenzó a
descender. Y, por fin, llegó la hora de la fiesta. Los chicos no
tardarían en llegar y eso provocó que los nervios empezaran a
aflorar.
El primero en llegar fue
Pedro.
–¡Hola chicas! –dijo
entrando por la puerta.
–¡Hola! –contestaron
mientras iban de una habitación a otra, unas con neceseres y otras
con zapatos en la mano.
–¡¿Dónde dejo
esto?! –dijo levantando la bolsa con las botellas de licor.
–¡Déjalas en la
cocina! –contestó Mónica desde su habitación.
Llamaron a la puerta.
Pedro se acercó y abrió.
–¡Ei! ¡Qué pasa,
tío! –le dijo a Nando chocando las manos.
–¡Qué pasa! Oye
–dijo mostrando un sobre que tenía en la mano–. Esto estaba en
la mesa de fuera.
Pedro cogió el sobre.
–¿Y qué es?
–Ni idea...
Laura apareció en ese
momento. Nando la miró de arriba a abajo y se sonrojó al verla
sonreír.
–¿Qué pasa? –dijo
acercándose hacia ellos con curiosidad, evitando mirarle
directamente a los ojos.
–Toma, Nando la ha
encontrado en la mesa de fuera.
Laura cogió el sobre y
lo volteó con curiosidad.
–¡Moni! ¡Hay un
sobre para ti! –gritó al ver el nombre de Mónica en una pequeña
esquina-.
Mónica se acercó a
ellos. Le dio una cerveza a cada chico y cogió el sobre que Laura le
tendió.
–¿Qué es? –preguntó
extrañada.
–No sé, ábrelo –dijo
Laura.
Abrió el sobre y sacó
el papel que guardaba. Lo desplegó y vio que lo único que ponía
era un enorme signo de interrogación.
–Pero, ¿qué es esto?
En ese momento la
canción de moda sonó por el bungalow. Era el móvil de Mónica.
Corrió hacia la mesa y contestó.
–¿Sí?
–¿Has recibido el
sobre? –dijo una voz de ordenador al otro lado de la línea.
Mónica miró a los
demás extrañada.
–¿Quién eres?
–Si no resuelves el
acertijo, uno de vosotros lo pagará...
Y colgó.
Mónica se quedó
mirando el móvil sin entender lo que acababa de pasar.
–¿Quién era? –dijo
Laura preocupada por el gesto de su amiga.
–Debe ser una broma...
La fiesta empezó y todo
parecía transcurrir con normalidad, cuando la bombilla de la
sala estalló.
–¡AH! –gritaron
todas con fuerza al verse a oscuras.
–¡No me gusta la
oscuridad! –gritó Montse cogiéndose a María con fuerza.
–¡Ja, ja, ja! –rió
Pedro–. ¡Qué es solo la bombilla!
Nando sacó su móvil y
alumbró la sala. Todo parecía normal hasta que encendieron la
lámpara que había junto al sofá.
–¡¿Qué es eso?!
–gritó Laura señalando el techo–.
Todos elevaron las
miradas. La huella de un pie descalzo estaba en medio del
techo.
–Oye, esto no tiene
gracia... –dijo Mónica cada vez menos eufórica.
Lo que tenía que haber
sido una fiesta, parecía más una película de terror. El miedo
empezó a apoderarse de ellos. María y Montse se agarraron la una a
la otra.
–¿Y si esto es por
culpa de la carta esa? –dijo Montse.
–Venga ya... –contestó
Pedro–. ¡Eso no puede ser!
–Quizá no –añadió
Mónica cada vez más pálida–. Pero... ¡¿Y si el tipo que ha
llamado antes está detrás de todo esto?!
Laura la miró asustada.
–No... no hablarás en
serio... –dijo recordando las palabras de su madre.
–Que no mujer –dijo
Nando intentando parecer calmado, cogiéndola por la cintura–.
Además, yo no dejaré que te ocurra nada malo.
Laura empezó a reír
nerviosa.
El móvil volvió a
sonar.
–Sigue la flecha
–dijo la voz de ordenador antes de colgar.
Mónica palideció.
–¿Quién... quién
era? –dijo María con temblor en la voz.
–D...dice que... Dice
que sigamos la flecha...
–¡Qué flecha ni qué
ostias! –exclamó Nando cogiéndola el móvil de la mano–. Esto
no tiene sentido.
Miró la última
llamada. El número estaba oculto.
De pronto, como por arte
de magia, una serie de flechas empezaron a aparecer pintadas
en la pared.
–¡La leche! –gritó
Pedro con sorpresa.
–¡Esto no es normal!
–gritó Montse–. ¡Yo me largo de aquí!
–¡Espera, Montse!
–dijo María cogiéndola del brazo–. ¡Es muy tarde!
–¡Me da igual! ¡Esto
es de locos!
Tiró de su brazo y se
soltó para salir corriendo hacia la puerta.
–¡Espera! ¡Las
flechas llevan hacia la puerta! –gritó Nando.
Montse se detuvo en
seco.
–¡¿Y qué hacemos,
eh?! –gritó presa del pánico–. ¡No pienso quedarme aquí para
que ese chiflado juegue con nosotros! ¡Me voy a avisar a recepción!
Abrió la puerta y salió
por ella ante la atónita mirada de sus amigos.
Un grito se oyó desde
el exterior. Mónica y Laura se miraron con pánico en los ojos.
–¡Era Montse! –gritó
María corriendo hacia la puerta.
Nando la cogió por el
brazo.
–¡Espera! –María
le miró con lágrimas en los ojos–. Saldremos todos juntos...
Asintió con la cabeza.
Pedro se acercó a ella y pasó su brazo por encima de sus hombros.
Laura se acercó a Nando y le cogió de su camisa, escondiéndose
detrás de él. Sentir su calor la reconfortó.
El primero en asomarse
fue Nando.
–D... dios mío...
–balbuceó.
Los demás se miraron
entre sí. Mónica, con el estómago encogido, sintiéndose culpable
por todo lo que estaba sucediendo, les apartó y se asomó al
exterior. Se volvió a escuchar un grito y, cuando el rostro de
Mónica se quedó petrificado por la sorpresa, unas fuertes
carcajadas empezaron a resonar por la parcela.
–¡Ja, ja, ja! ¡Vaya
cara Mónica! –rió Luis, sujetándose el vientre.
–Pero... pero...
–¡Ja, ja, ja! –rió
Montse apareciendo por la parte trasera del bungalow–. ¡Os habéis
cagado!
–Pero... pero qué
significa esto –balbuceó Mónica.
Laura miró
desconcertada a Nando que empezó a reír con fuerza.
–Esto, ¡por todas las
películas de terror que nos habéis hecho tragar! –dijo Luis
acercándose a Mónica y besándola en los labios–. Feliz
cumpleaños.
–¡Seréis cabrones!
–gritó enfurecida.
Pero los nervios fueron
dando paso a la risa floja.
–¿Todos estabais
metidos?
–No –dijo Nando
cogiendo la mano de Laura–. Ella tampoco tenía ni idea.
–¿Y por qué no me lo
dijisteis? –dijo Laura ofendida.
–Si te lo hubiéramos
contado, ella se habría enterado...
–Pero...
–¡Ja, ja, ja! Eso es
verdad –dijo Mónica sonriendo a su amiga. Se volvió hacia Luis y
cogiéndole por la nuca murmuró–: No olvidaré esta noche en mi
vida.
Y le besó.
Obra registrada a nombre de Carmen de Loma en SafeCreative.
Jajaja. Creía estar leyendo una historia parecida a una pelicula que hace años ví y que estuve cagada de miedo durante un cierto tiempo " Posesión infernal". Me ha gustado mucho el factor sorpresa. Fantastico, besoss.
ResponderEliminar¡Hola Marien! jejeje, a ti también te la han dado con queso, eh?? jejeje XD
ResponderEliminar¡Muchas gracias por tu comentario! Un besote muy muy fuerte ^^
¡Muy buena! Me ha gustado mucho la historia, sobre todo ese descubrimiento que hacen justo cuando regresa la luz. Me ha parecido una imagen muy chula y aterradora. Visitaré esa página que recomiendas al principio. ¡Genial! ^^
ResponderEliminar¡Hola Aio! Muchas gracias :D La verdad es que me resultó divertido cómo se fueron uniendo las palabras de los dados, jejeje. Y esa imagen la vi en mi cabeza y no lo dudé. De película de terror XD
EliminarClaro, pásate, seguro que te gusta.
¡Un abrazo! :)
¡Hola Carmen! muy buena historia, me ha entretenido y atrapado :D
ResponderEliminar¡Abrazos!
¡¡Muchas gracias!! Esa era la intención :)
EliminarUn abrazo ^^
Hola Carmen.
ResponderEliminarHistoria que me recuerda a las típicas pelis de miedo juveniles. Debe haber resultado un pelin difícil juntar las palabras de los dados. Jeje.
Un abrazo.
Hi!!
EliminarSi, jejeje me pareció divertido ^^ Pero no me gustaba un final de terror y le di la vuelta haciéndolo pasar por una broma.
La verdad es que difícil, yo diría que no. Raro quizá, pero divertido. Suelo escribir sin pensar demasiado en lo que va a pasar, así que fue un trabajo interesante :)
Otro para ti, y gracias por pasarte ^^